miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Por qué el capitalismo ha vencido pero no ha convencido?

¡Hola compañeros!

En primer lugar, tengo que matizar la pregunta del título. En efecto, resulta harto dudoso que la victoria del capitalismo sea absoluta y sin condiciones, por lo que al hablar de victoria siempre hay que hablar de una victoria con muchísimas reservas (ni es absoluta, ni es global). Ni todos los países son capitalistas ni en todos el capitalismo está completamente desarrollado, sino que hay barreras estatales y legales que embridan la economía capitalista para que no se explaye completamente.

No obstante, resulta indudable que, a pesar de todo esto, el sistema económico que más éxito ha tenido a lo largo de la historia es el capitalismo. No solo ha garantizado un desarrollo tecnológico y científico sin precedentes en la historia de la humanidad, sino que ha reducido la pobreza en el mundo de forma espectacular. Por supuesto, sigue existiendo pobreza, pero ni está tan extendida como se nos quiere hacer creer (muchos países que tradicionalmente eran pobres -India, el sudeste asiático- ya no lo son tanto desde que abrazaron el capitalismo) ni es responsabilidad del capitalismo (efectivamente, siempre ha existido pobreza, pero la riqueza, la abudancia y la prosperidad son algo MUY reciente, producido a raíz de la implantación de técnicas capitalistas).

Así pues, el capitalismo ha resultado ser una técnica económica mucho más valiosa que sus alternativas. Pero sin embargo, también es una de las teorías más atacadas por la cultura y la ciencia actuales. De alguna manera, los éxitos irrefutables del capitalismo se ven ensombrecidos por una general desafección y una desconfianza hacia sus presupuestos. Parece que lo normal es criticar al capitalismo, y en las paredes se ven pintadas contra los capitalistas opresores y depredadores, mientras que no se ven pintadas contra el comunismo o la economía centralizada. Al final, da mucho prestigio posicionarse contra el capitalismo, mientras que si uno se posiciona abiertamente a favor de él enseguida se le tacha de inhumano e impresentable. ¿Por qué es esto? Apunto tres posibles razones, más intuitivas que razonadas o comprobadas científicamente.

a) Por un lado, el capitalismo tiene una forma muy peculiar de poner a las personas en su sitio. En sociedades más antiguas o con sistemas alternativos, el lugar que uno ocupa en la sociedad viene dado, principalmente, por la cuna (sociedades aristocráticas o militares) el talento (programas funcionalistas como en Corea del Norte) o un sistema de valores religiosos y morales (castas hindúes, por ejemplo). Lo que todos ellos tienen en común es que la decisión del indviduo no tiene ninguna relevancia en su estatus social. Sin embargo el capitalismo posibilita a los individuos el escalar (o descender) socialmente basándose en el puro trabajo y, por qué no decirlo, en la suerte. Es decir, el lugar que ocupes en la sociedad puede muy bien basarse en tus acciones y, por tanto, existe una responsabilidad en ello, mientras que en sociedades no capitalistas "te ha tocado" estar ahí. Aunque superficialmente pueda parecer mejor tener la posibilidad de ascender en base a tus méritos y trabajo, eso también implica que los que no lo consiguen son responsables de su desgracia. No todo el mundo está preparado para asumir eso, pues resulta más sencillo culpar al destino o al pérfido sistema que a uno mismo.

b) Los intelectuales y científicos invierten muchísimo trabajo en llegar a unas cotas de conocimiento teóricas y, siendo sinceros, su remuneración no es muy elevada. Excepto en el caso de algunos pocos privilegiados, la clase intelectual no percibe grandes rentas, sobre todo para la importancia que ellos consideran que tienen sus estudios. Por el contrario, muchos no estudiosos o incluso ignorantes ganan muchísimo dinero en el sistema capitalista (futbolistas, inversores inmobiliarios, presentadores de programas del corazón, etc.). En su opinión, su contribución a la sociedad es altísima y no se ve remunerado tal esfuerzo en una sociedad capitalista. Sin embargo, en sociedades estatistas la importancia de los intelectuales es alta, pues ejercen de voceros legitimadores del régimen, recibiendo grandes privilegios por ello. Es raro, pues, encontrar intelectuales capitalistas.

c) Se suele comparar el capitalismo real con un comunismo ideal. En un comunismo ideal todas las contradicciones del capitalismo se ven resueltas, en especial la desigualdad y las bolsas de pobreza. Cuando se intenta rebatir esto acudiendo a ejemplos históricos y reales muchos argumentan que el comunismo real no es en realidad comunismo, pues no llega a implantarse de modo perfecto. Es decir, la URSS, Cuba, China o Corea del Norte no han llegado a ser comunismos, pues no son perfectos. Claro, esta es una argumentación tramposa, pues pretender que Stalin, Lenin, Mao o Kim Il Sung no eran comunistas es una broma de mal gusto. O bien se compara el comunismo real con el capitalismo real, o bien se comparan las modalidades ideales de ambos sistemas. Lo que no tiene sentido (y es muy injusto) es mezclar lo ideal con lo real.

Se nos hace largo. Me queda pendiente una entrada sobre las preguntas urgentes a las que se tiene que enfrentar el liberalismo capitalista. Creo haber mostrado sobradamente que las alternativas a este son inadecuadas y terribles, pero no significa que el propio liberalismo este exento de problemas y acuciantes interrogantes. Es de justicia intelectual mostrar las principales preguntas y retos a los que debe enfrentarse el liberalismo. Queda pendiente.

¡Saludos filosóficos!